sábado, 29 de septiembre de 2007

EDUCACIÓN AUSENTE

El día a día está marcado por las diferentes circunstancias que se van desarrollando; actuaciones humanas que en muchas ocasiones, desgraciadamente, están marcadas por la tristeza, la desesperación y la incógnita.

Las páginas de los periódicos reflejan un acontecer diario digno de ser analizado: cada vez más los sucesos, donde los protagonistas son menores, y las injusticias sociales son los protagonistas. Es inaudito que en pleno siglo XXI, donde "supuestamente" los individuos son autosuficientes, capaces de hacer buen uso de sus facultades y libertades, que los nuevos y buenos tiempos les han aportado, un alto porcentaje de críos son maltratados en su entorno familiar y en su ámbito escolar.

Es importantísimo que el individuo reciba una buena educación desde el inicio de su socialización para hacer de él un ser humano correcto, libre y con capacidad para saber dónde está el principio y el final de su libertad individual. Aquí está la clave, en la educación. Una socialización NO concienciada desencadena la situación de conflictos continuos que, la mayoría de las veces, se escapa incluso del ámbito judicial. Es esencial que el menor, desde que tiene uso de razón, sea consciente de que no es un sujeto aislado, sino un sujeto que convive con individuos dispares entre sí y que tiene que fomentar la capacidad de integración.

Esta educación cuando no está presente requiere de unas necesidades sociales que, en ocasiones, no se pueden solventar. La justicia en lo que respecta al menor es consciente del desequilibrio social y emocional que está viviendo la sociedad actual, trabajando en proactividad hacia una sociedad, aunque compleja, estable.
PATRICIA MANZANO