La lactancia materna es un arte aprendido de generación en generación. Sin embargo, en nuestra cultura actual parece haberse perdido la cadena de calor y de apoyo humano que la favorecía. Aunque una alta proporción de mujeres desea amamantar a sus hijos, muchas de ellas no inician la lactancia o la abandonan antes de lo deseado por distintos motivos. Entre ellos, los temores injustificados a una incapacidad para producir leche suficiente, a que sea de mala calidad, por falta de apoyo familiar, social e incluso profesional para continuar la lactancia y por falta de información en general. La lactancia materna es la forma óptima de alimentación para los bebés. Entre los beneficios conocidos del amamantamiento figuran la prevención de alergias, infecciones del oído, respiratorias, gastrointestinales y del tracto urinario, la enterocolitis necrotizante en prematuros o la sepsis neonatal. También disminuye la incidencia del síndrome de muerte súbita del recién nacido. Los beneficios se prolongan años después de haber finalizado la lactancia, pues los estudios conllevan a asegurar que las personas que han sido amamantadas durante suficiente tiempo tienen menos riesgo de padecer Diabetes Mellitus, Enfermedad Inflamatoria Intestinal y ciertos tipos de Linfomas.
Por estos motivos es necesario que las nuevas mamás sean conscientes de que la lactancia materna es, por encima de todas las cosas, una necesidad alimenticia para el recién nacido. Aún no se conocen leches farmacológicas que sustituyan al 100% las propiedades que aporta la leche materna en el desarrollo del bebé, no sólo en los seis primeros meses, sino durante casi los 10 primeros años de vida del niño.
Entre los objetivos y estrategias del II Plan Andaluz de Salud se halla incrementar la calidad de los servicios neonatales de Andalucía, para lo que se promulgan distintas medidas, entre ellas, favorecer el contacto de madre y recién nacido mediante la lactancia materna. Muy pocos son los hospitales que apuestan por convertirse en ‘Un hospital amigo de los niños’, iniciativa de la OMS y UNICEF para promover la lactancia materna en los hospitales.
En muchas ocasiones hay que fomentar de alguna manera esta práctica en primerizas, que no saben hasta ese momento la primera obligación que tienes como madre: amamantar a tu hijo. También es importante y llamativo durante el periodo de lactancia, que puede durar hasta los 10 años si así se quiere, ser consciente de que el bebé es el que decide cuánto tomar a lo largo de una jornada y no la madre. Es importante no limitar la duración de la toma. El niño debe mamar hasta que quede saciado por la leche rica en grasa que sale al final de la toma, y solo el niño sabe cuándo ha tomado esa leche. Es falso que el pecho se vacíe en los primeros 5 o 10 minutos, ya que el pecho no es una botella, sino que es un fábrica que produce la leche de forma continua, más aceleradamente mientras el niño esta mamando. También es falso que el prolongar la toma más de 10 minutos produzca grietas. Hay niños que tardan de 15 a 30 minutos en cada pecho, y es perfectamente normal. Más indicaría que hay una mala posición de la mama.
En definitiva, la lactancia es necesaria; forma parte del periodo de crecimiento del bebé y es un derecho que una madre no debe arrebatar.
2 comentarios:
Vaya... que emotividad.
Pues... la verdad que no sé que opinar, es un tema que se me queda un poco lejos. En cuanto cambies de tercio, aquí me tienes dando guerra.
Saludines
Hola bichito,
muy tierno el articulín, pero real como la vida misma. Antes había madres que criaban a una docena de niños, amamantándolos hasta 3 y 4 años, y mira los sanotes que salíamos. Pero ahora, no le dan ni 6 meses, y a sólo un niño...
En fin, yo no tengo tampoco mucha experiencia ("cuando seamos padres comeremos huevos"); pero haciendo referencia a una chiste clásico: "Hombre, yo no recuerdo el sabor de la leche si es bueno o malo,... pero no me niegues que el envase es inmejorable".
Un beso.
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